DERECHOS , NO CARIDAD

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DISCAPACIDAD EN ACCION

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martes, 26 de noviembre de 2019

NOSOTRAS TAMBIÉN GOZAMOS ”: MUJERES CON DISCAPACIDAD HABLAN DE SEXO

Fuente: Fedimura Fundación Ecuatoriana Para Distrofia Muscular y Enfermedades Raras

Ellas se están formando en derechos sexuales y reproductivos. Buscan derribar mitos y decidir sobre sus cuerpos.

La desinformación, los prejuicios y los mitos construidos sobre la sexualidad de las mujeres crecen cuando ellas tienen discapacidad. Irene Cuevas tiene 16 años.

Usa un sistema aumentativo y alternativo de comunicación, como el que usaba el científico Stephen Hawking.

A través de los movimientos que ella hace con las manos, señala letras que están dibujadas en un tablero sobre la mesa y así va formando palabras que aparecen de a una en la pantalla de una tablet y luego se reproducen mediante un sintetizador de voz.

A Irene le lleva tiempo construir oraciones, por eso, antes de llegar a la entrevista, preparó en su casa lo que quería decir y trajo grabadas sus inquietudes.

Para ella, “es muy importante que haya educación sexual integral en las escuelas. Queremos que nos enseñen a decir qué necesitamos”.

Irene está sentada junto a otras cuatro chicas, en su mayoría adolescentes, que comenzaron a formarse en derechos sexuales y reproductivos en el marco del proyecto “Desear con inclusión”, llevado adelante por la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Redi) y Fusa Asociación Civil, con apoyo de ONU Mujeres.

El taller busca formar a 90 mujeres con discapacidad de toda la Argentina que van a ser agentes multiplicadoras de información sobre derechos sexuales y reproductivos para otras mujeres.

La iniciativa surgió en el marco de la campaña “NOSOTRAS TAMBIÉN GOZAMOS ”, que impulsó Redi. “Estamos conceptualizadas como asexuadas o que tenemos una sexualidad descontrolada o que no entendemos bien de qué se trata la genitalidad. Es necesario visibilizarnos como mujeres deseantes y deseadas”, dice Carolina Buceta, de Redi.

Además, lanzaron la plataforma http://www.discapacidadyderechossexuales.org.ar/ con perspectiva de discapacidad que tiene contenidos accesibles para que las mujeres puedan aprender, informarse y compartir experiencias a través de un foro.

Sofía Savoy y Celeste Cjiaramonte fueron a la misma escuela. Cuentan que no tuvieron Educación Sexual Integral sino Educación para el Amor. Además de la falta de contenidos enmarcados en la ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), sancionada en 2006, no les facilitaban el material disponible para acceder a información básica sobre métodos anticonceptivos o sobre el ciclo menstrual.

Las clases consistían en videos explicativos, pero ellas son ciegas y no podían acceder a la información que les ofrecían. “Los temas que siempre se abordaban eran cómo procrear o cómo evitar quedar embarazada y siempre se hablaba de tener relaciones sexuales con personas que amás o con las que estás de novia.

Si no había amor, no podía haber nada relacionado a lo sexual”, dice Celeste. Recuerda que terminaba informándose a través de las redes sociales o YouTube.

“Las campañas que se hacen sobre enfermedades de transmisión sexual, uso del preservativo o uso de anticonceptivos no están en braille o en un lenguaje más simple o no contienen dibujos para que todas podamos tener el mismo acceso a la información.

Ni hablar de los médicos, que muchas veces te hacen un estudio y se piensan que vos no estás en condiciones de recibir la información o de decidir qué querés que hagan en tu cuerpo”, dice Sofía, y asegura que constantemente sienten vulnerados sus derechos.

–¿CUÁLES ?
En mitad de la pregunta por los derechos que ellas sienten vulnerados, Martina Lecuona interrumpe y hace un gesto con la mano que indica que es necesario frenar. Hay que explicar qué quiere decir “vulnerados”, porque Emilse Ozan tiene discapacidad intelectual y necesita que el lenguaje sea más simple.

“VULNERADOS es como decir qué derechos se ven atropellados”, explica Martina, y comienzan entre todas a enumerar las mismas dificultades que atraviesan las juventudes, agudizadas por la falta de accesibilidad. “Los temas más relevantes para nosotras, mujeres con discapacidad, son conocer cómo cuidarnos para no tener enfermedades, tener derecho a ser madres en el momento que elijamos y ser atendidas en centros de salud como todas las mujeres”, asegura Irene.

DERECHO A DECIDIR
Lo que no se nombra no existe. Ni el placer ni la masturbación aparecían en las charlas que las adolescentes tenían en la escuela, como si fueran dos territorios imposibles de ser habitados por ellas. “La sociedad en general tiende a pensar que no sentimos deseo o cree que no podemos tener relaciones sexuales o masturbarnos”, asegura Martina.

Ocurre que la sexualidad de las mujeres muchas veces está enmarcada en maternidad, en aborto o en métodos de cuidado que generalmente recaen sobre las identidades feminizadas.

Falta lo principal: conocer el propio cuerpo, saber cuándo decir sí y cuándo decir no. Por eso la ESI es una herramienta fundamental para detectar abusos durante la infancia y la adolescencia, ya que facilita información sobre derechos y autonomía.

“En el taller hicimos mucho hincapié en el consentimiento porque salieron muchos casos de compañeras que ese mismo día se dieron cuenta de que habían sido abusadas porque no les habían enseñado que ellas podían decidir qué querían, con quién o que no tenían que hacer algo para complacer a la otra persona. Cada una es dueña de su cuerpo y nadie más que una puede permitir o no permitir que se haga algo”, asegura Sofía.

PREJUICIOS
Si los prejuicios sociales afectan a las mujeres con discapacidad, más aún la desinformación de los profesionales de la salud que impiden que puedan ejercer libremente sus derechos.

“A muchas nos dijeron que seguro no queríamos tener hijos por miedo a que salieran con la misma discapacidad que nosotras, o por miedo a no saber cuidarlos o al qué dirán. Piensan que no queremos tener hijos por eso y no se les ocurre que es porque no lo deseamos”, dice Celeste.

Sobre las mujeres con discapacidad pesa una doble vara, o, como dice Martina, “una doble moral”. “Cuando una mujer quiere ser madre, le sugieren aborto o ligamiento de trompas. Pero después un par de mujeres contaron que no querían ser madres, se quisieron ligar las trompas, y el médico les dijo que no porque en un futuro pueden querer tener hijos”, dice Martina.

Y Emilse asegura: “Nos tienen que respetar, es parte de la educación”.
Si quieren interrumpir el embarazo, no cuentan con información accesible (folletos en sistema braille, por ejemplo) que les permita conocer cómo hacerse un aborto seguro. Además, cuentan que muchas veces son sometidas a esterilizaciones forzadas sin su consentimiento; bastan la recomendación de los médicos y la aceptación de las familias.

La falta de acceso es el principal obstáculo a la hora de tomar decisiones autónomas. No sólo dependen de encontrar información accesible, sino también de otra persona que se la facilite, y en ese diálogo a veces tanto la intimidad como la voluntad también resultan vulneradas.
Por eso, en el taller prepararon folletos con información accesible, para que todas puedan comprender.

TEMA CONTROVERSIAL
Esa tarde, igual que el día de la entrevista, Sofía llegó con un pañuelo verde envuelto en el bastón de movilidad. Cuando lo desata y lo extiende, aparece el lema de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito escrito en braille. Ellas también tienen derecho a decidir, aseguran.
Los principales puntos de demanda

ACCESIBILIDAD . Redi pide mecanismos de accesibilidad que permitan a las mujeres con discapacidad acceder a sus controles médicos con autonomía y respeto de sus cuerpos y que el personal de los servicios de salud permita capacitaciones tendientes a derribar mitos relacionados con la anulación de los derechos sexuales y reproductivos.

ABORTO . Que las mujeres con discapacidad pueden elegir contar con un apoyo de su confianza que les permita tomar la decisión y conocer con un lenguaje sencillo cómo es el proceso.

MATERNIDAD . De ningún modo se puede alejar a los hijos e hijas de sus madres por motivos de discapacidad con el argumento de la falta de apoyos. “Es rol del Estado proveer de los apoyos necesarios que les permitan a las madres desempeñar el rol”, dice Redi. De ninguna manera, la necesidad de apoyos debiera restringir la autonomía.

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